"Simplemente que estas cosas son de todo el que las sienta, y es mi voz la que las dice, mas, es de todos la conciencia"

domingo, 26 de febrero de 2012

Las flores van marchando en el jardín

Manuel García, a quién conozco desde hace un par de años y he visto como poco a poco ha ido haciéndose un nombre dentro de la música nacional, ha llegado finalmente al escenario musical más importante de nuestro país. Partiendo como sabe hacerlo, sin banda, solitario con su guitarra entonando sus dos temas más conocidos, y la gente coreándolos o bien con los ojos perdidos en aquellas melodías que atrapan. 

El tiempo en televisión apremia, dice Manuel, y saca de su bolsillo una hoja, con flequillos incluidos, en la que reza lo siguiente: "Si hace años yo hubiera dicho que un día iba a estar cantando en la Quinta Vergara, me habrían tomado por loco, pues vengo de un lugar muy lejano llamado Cerro La Cruz en mi querida Arica, así que soy una persona con suerte por estar aquí, soy alguien a quien los sueños se le cumplen. Ahora soñaré, lo digo con respeto, con cariño, poder hablar prontamente con el Presidente de la República para contarle, con respeto y con cariño, que la gente lo esta pasando mal en Cabildo, en Dichato, en Aysén, y los niños mapuches lo están pasando mal en Temuco, y que los estudiantes no lo dejaran dormir si usted no nos deja soñar. Viva Chile".

Estas breves palabras hicieron estallar a la Quinta en aplausos y vítores, pareciese que cada palabra fue escogida con pinzas, y claro, cuán fácil no sería aprovechar una oportunidad en la que te esta viendo la mitad de Chile para decir lo que piensas de forma increpadora, insultar a Piñera, vociferar consignas, enojarte, etcétera, y que es entendible pues cuando mucho se habla y mucho se grita y no se es escuchado, lo que todo ser humano normal siente es enojo, enojo que quizás Manuel sentía o no, pero eso nada importa, porque de todas formas se lo echó al bolsillo y dijo una frase muy sencilla: "la gente lo esta pasando mal", y qué es sino esa frase el por qué de las marchas estudiantiles, de las protestas en regiones, de la desaprobación de la clase política, no fue necesario elaborar ninguna entelequia argumentativa para justificar su posición, pues con eso lo decía todo, y por sobre todo, y se encargó de recalcarlo, lo dijo con respeto y lo dijo con cariño, el fin de Manuel no era insultar al Presidente, Manuel dijo esto por el cariño que le tiene a los chilenos y chilenas, y porque siente con ellos al igual como muchos chilenos sentimos con ellos el dolor ajeno y queremos hacer algo para que las cosas cambien pero muchas veces no sabemos cómo, Manuel usa su profesión como herramienta de construcción social, de despertar conciencias, y si cada hombre y mujer que habita este país hiciera lo mismo, ciertamente hoy tendríamos un país mucho más justo y mucho más humano.

Con esas breves palabras nos conectó a todos, nos hizo sentir parte de algo más grande que nuestras familias, nuestros barrios, nuestras ciudades, nos hizo sentirnos realmente parte de un país que está sufriendo, y que la misma televisión que hoy transmitía este bello mensaje a miles de hogares chilenos, al día siguiente estaría hablando de la ropa de los animadores del festival, pero qué importa eso si por un breve momento en los hogares chilenos la televisión abierta entregaba un mensaje de amor, de solidaridad, de sueños y de justicia, qué importa eso si lo que hizo Manuel fue entregar la médula prístina de los movimientos sociales, entregar el bello mensaje que la prensa intenta empañar e ignorar.

Las palabras de Manuel han de remecer al Gobierno, han de demostrarle que esto no es un gallito, que aquí no hay ganadores ni perdedores, ¡esto no es una competencia!, esto es un grupo de políticos cuyo deber es representar los intereses y anhelos del país que confió en ellos a través de su voto, es un llamado a escuchar a la gente, a dejar de hacernos creer que los problemas sociales son problemas de orden público.

Y al terminar, cuando la Quinta se venía abajo pidiendo otra canción, tomó el micrófono y comenzó a cantar a capela, una verdadera canción de cuna para adormecer a este monstruo que no quería dejarlo ir, y finalmente permitió que el festival siguiera su curso. Y bueno, a quienes los critican por haber metido política en su acto...no les creo, si hubiera expresado ideas en favor del gobierno, ahora le estarían tirando flores, como siempre poca objetividad al criticar, no perderé más tiempo en ellos.

Solo resta agradecer a Manuel por su gran presentación y por todo lo que nos produjo a quienes estábamos allí vibrando con sus canciones y su presentación, gracias por haber ser la voz de los sin voz. Esperemos que en estos nuevos tiempos podamos tomar por asalto aquello que llamamos la realidad, y que unidos, todos juntos, podamos romper esta piedra negra que ya el año pasado comenzó a moverse.