"Simplemente que estas cosas son de todo el que las sienta, y es mi voz la que las dice, mas, es de todos la conciencia"

domingo, 20 de marzo de 2011

¿Poder o autoridad?

A mediados de Febrero explotó una ola de protestas en Libia, provocadas por el arresto de un activista de Derechos Humanos y contra el gobierno de Muammar Gadafi, hombre que lleva 42 años en el poder, desde el golpe de estado que lo llevó a este en 1969. Luego de cuatro décadas, el pueblo libio, probablemente envalentonado con las manifestaciones opositoras de los otros países de Medio Oriente, se ha alzado en la protesta más grande que ha tenido que sobrellevar el gobierno, tanto así, que este hombre ha tenido que reprimirla, entre otros, bombardeando a sus compatriotas desde el aire. Una guerra civil que hasta ahora lleva al rededor de 10.000 muertos.

¿Qué es lo que debe sustentar a un hombre en el poder?, ¿qué es lo que hace legítimo a un gobierno?, ¿existirá un principio universal con el cual poder determinar si un gobierno es válido o no?. Haré algunas referencias a un apunte de Rafael del Águila, leído en mi ramo de Derecho Constitucional. El poder se convierte en autoridad cuando logra legitimarse, porque no es lo mismo obedecer a un líder por miedo a represalias, que obedecer porque su mandato es fruto del acuerdo entre el pueblo y el gobernante, es decir, del Contrato Social del cual hablaba Rosseau, en el que el pueblo le cede parte de sus libertades al gobernante para que él guíe el país. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando no existe un contrato social?, precisamente, eso es lo que sucede hoy en Libia: un hombre llega al poder con el apoyo del pueblo, ya que los libraría de una monarquía, sin embargo con el paso de los años se fue transformando en un gobierno de igual o peor calaña, como tantas veces se ha visto lo mismo al rededor  del mundo, basta ver cualquier golpe de estado, cualquier revolución para darse cuenta de que una vez en el poder, los líderes son corrompidos y desembocan en lo mismo contra lo que lucharon, tanto miraron el abismo que terminaron dentro de él.

Rafael del Águila señala algo primordial, "sin el pueblo o el grupo no hay poder. Es, entonces, el apoyo del pueblo lo que otorga poder a las instituciones de un país (...)". Cuando el líder pierde el apoyo del grupo, su gobierno ya no tiene razón de ser y debiese colgar las botas y salir por la puerta trasera. En el caso de Libia, claramente no ocurrió así, y se ha convertido en un gobierno no sustentando por la mayoría, sino sustentando en la voluntad de un hombre que cree ser dueño de la verdad  y en base a ella quiere seguir construyendo su utopía del poder. 

Ahora bien, aquí creo que debiese entrar un tercer actor, y ese es la Comunidad Internacional, particularmente la ONU, ¿qué hace la ONU para evitar los conflictos de este tipo?, yo la veo como una organización sumamente lenta, cuya tónita es llegar tarde a los conflictos, a Libia llegó cuando ya habían 10.000 muertos, por ejemplo, y sus paupérrimas soluciones ante los otros gobiernos del mundo que son caldo de cultivo para situaciones como esta son bastante ineficaces, basta con mirar África o Asia, allí hay países en donde aun existen los esclavos, el trabajo infantil es algo normal, donde aun perduran las monarquías, y no hablo solamente de esos países pequeños y recónditos de África, hablo de China, Japón, Corea del Norte y del Sur, Vietnam, etcétera. Cabe destacar, por lo demás, que hasta antes de las manifestaciones ha existido un silencio trasversal para con estos gobiernos, la Internacional Socialista por un lado, admite a estos partidos en sus filas, pero cuando llega el momento de las revueltas y las denuncias, los expulsa y se lava la manos. Los países occidentales, con economías social de mercado, hacen tratados de libre comercio, convenios económicos, en fin, cuando acuerdo puedan hacer con estos gobiernos represivos,  y a la hora en que se develan cómo son estos regímenes en verdad, también se lavan las manos, y qué hacen, mandan sus aviones y los bombardean. Es así, al final de la guerra todos los generales. El régimen de Gadafi no esta desde febrero en el poder, están hace 42 años, 42 años en los que todos estos países que se sonrieron en el consejo de la ONU y guardaron sepulcral silencio. Hay otros que derechamente los han apoyado a rajatabla como Hugo Chavez, lo cual sigue estando pésimo, pero al menos, aunque sea, demuestra una cierta consecuencia en su actuar.

Finalmente, en estos gobiernos hay un elemento en común, y es que los gobernantes no han entendido cuál es su rol: estar al servicio de la población. Ellos creen la inversa, que el pueblo esta al servicio de ellos, puesto que el concepto de "servicio público" es algo sumamente ajeno a sus realidades, y tengo la convicción de que si un gobierno no puede garantizar las libertades básicas a sus habitantes, simplemente no tiene razón de ser. Bueno, como diría el gran Nicanor Parra: "¿y ahora quién nos liberará de nuestros liberadores?


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