"Simplemente que estas cosas son de todo el que las sienta, y es mi voz la que las dice, mas, es de todos la conciencia"

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Al final del viaje

Llegué hace poco a mi casa, así que lo que escribo lo escribo con la emoción a flor de piel, hablo desde adentro, sin intermediarios.

Que salpicón de sentimientos se produjo hoy día. Había llegado el día de nuestra revista final, ese día inalcanzable, su llegada casi imposible. Pero sí, había llegado. Una revista extraña, una ceremonia que añoraba una noche oscura, una vela encendida, una torre centenaria amparándonos, pero bueno, fue una buena revista al fin y al cabo. Una medialuna que salió bien, un discurso que..., un desfile de cuartinos que iba excelente hasta que, al igual que todos años, los que empañaron la jornada fueron "ellos", los que tiran bombas de agua, los que cantan el himno del colegio como grito de barra brava, los que gritan una serie de números como si de su vida dependiese, los que en medio de la revista vociferan el grito de su colegio. La mayoría de las opiniones que he recogido y que comparto los califican a lo menos de ordinarios y desubicados, realmente no sé que pasa por sus cabezas en esos momentos, probablemente, nada. ¿Qué será para ellos una revista final?. Quizás les falta madurez para entender que ya salieron del Colegio, que esta ceremonia no es de ellos, es de nosotros, y ellos no son nadie para venir a arruinarla. Nadie. Al menos puedo jactarme de que los ex alumnos de Valparaíso nunca han hecho nada semejante en una revista, y con eso me quedo tranquilo, en la medida de lo posible.

Yo estaba dudando en ponerme o no la corbata de Valpo, pero después de ver eso me dio rabia, la vena estaba a punto de explotarme, así que me decidí y me la puse, bueno, la hice girar al viento en el paso parada. Y no me arrepiento. Creo que soy una persona consecuente, y en este colegio estuve tres años, en Valparaíso estuve once años, así que no me vengan con cosas, yo soy de Valpo, y si algo he aprendido es que hay que morir con las botas puestas. De hecho, Oscar se acercó a mi y me dijo "yo no te hice clases, pero te felicito por haber usado tu corbata. Yo soy de Viña, pero valoro cuando la gente quiere sus raíces y es consecuente, te felicito". Algunos dirán "supéralo", lo superé, estoy consciente de que no hay vuelta atrás, pero superarlo no significa olvidarlo, superarlo no significa guardarlo para mí, esconderlo, negarlo, hacer como si aquí no hubiera pasado nada. Valoro profundamente lo que aprendí estos tres años, que fueron fundamentales, la gente que conocí, los proyectos que realicé, los momentos que viví, pero en Valpo me formé como persona, y eso es intransable.

Me voy con la frente en alto, sabiendo que le entregué lo mejor de mí a este Colegio, Colegio con el que muchas veces discrepé, y fuertemente, conocí de la injusticia, la falsedad humana, fueron tres años de abrir los ojos a la verdadera realidad,  pero de esas discrepancias sin querer queriendo aprendí muchas cosas, "las desgracias hacen fuerte al sentimiento". Al final, cuando hice críticas es porque tuve la convicción de que las cosas podían mejorar. Un par de veces escuché "¿si no te gusta el Colegio por qué no te cambias?", que pensamiento más mediocre, si algo no me gusta no voy a dar un paso al lado, voy a luchar por cambiarlo, y en eso creo se basaron estos tres años, y especialmente este último, en hacer de este Colegio un lugar más humano, menos superficial, en construir ese Colegio que nos relatan las primeras páginas de la agenda.

Pensando en los buenos momentos, y pese a los malos también, sólo resta decir GRACIAS....TOTALES!!!

1997-2010. Sonriendo y de pie. Siempre parao'.

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